sábado, 31 de octubre de 2015

DÍA DE MUERTOS EN PÁTZCUARO, MICHOACAN

Por: Carlos Alberto Alcántara.


Una de las celebraciones más importantes de México se realiza en el mes de noviembre. Según el calendario católico, el día primero está dedicado al día de “Todos los Santos” y el segundo día a los “Fieles Difuntos”. En estas dos fechas se llevan a cabo los rituales para rendir culto a los antepasados.
Es el tiempo en que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares domésticos. Y es así como la entidad de Pátzcuaro, Michoacán se viste de gala para presenciar una de las tradiciones más hermosas en cuanto a rituales de día de las almas, se refiere. 
La celebración del Día de Muertos, como se le conoce popularmente -también conocida como noche de muertos-, se practica a todo lo largo de la República Mexicana. En ella participan tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos. En la región lacustre, los poblados en que la festividad ha cobrado más fama, son Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Janitzio, Ihuatzio y Zirahuén, entre otros.
Los pueblos purépechas que rodean el lado de Pátzcuaro y la isla de Janitzio se llenan de cempasúchil, velas y olor a incienso. Miles de ofrendas con platillos típicos y bellos adornos, procesiones y danzas con las que los pobladores celebran la llegada de sus muertos.  Diablitos de barro en Ocumicho, Piñas de cerámica vidriada en San José de Gracias, Madera y Cerámica en cápula en donde hoy se hacen las famosas Catrinas. Los bordados de blusas y los ruedos de los pantalones de los hombres en toda la región, y en Pátzcuaro mismo tallado de madera, deshilado, mantas, petate, guitarras en paracho, muebles coloniales y tallados en pichataro.
Ya llegando a la isla de Janitzio, por la orilla del Lago van combinando los pinos, con las casitas y cabañas que le dan un toque tan atractivo y único. Pero ya llegando a lo que en especial nos trajo a Pátzcuaro a la ceremonia de la Noche de Muertos, acuden las madres y los hermanos de los niños que no conocieron las penas y alegrías de los adultos, levantando en sus tumbas altares adornados con las más hermosas flores, los más deliciosos dulces y juguetes de madera y paja, que no pudieron disfrutar en vida.
Esta ceremonia se efectúa la noche del 31 de octubre; velación de los angelitos, es la más dulce y conmovedora ceremonia, inusitada para ciertas concepciones modernas que se realiza dentro del atrio de la iglesia de la isla de Janitzio, el día primero de noviembre de siete de la tarde a las diez de la noche.
De todas las celebraciones de muertos que se conocen, la de Janitzio es la más famosa y vistosa, celebrada con un profundo misticismo, respetando y conservando hasta donde es posible sus propias costumbres, que no pudieron borrar los evangelizadores españoles.


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